This program emerges out of the need to bring together ideas on the illnesses we suffer from, at a time when the welfare state has given way to a type of governance centered on the proliferation of new disorders, diseases, and medications. A possible strength: towards a “poietics” of living together brings together artists, theorists, and activists, in order to share experiences on a number of care networks, non-governmental and communal forms of organization, situated knowledge and ways of life that, after the anti-psychiatric movements of the 1970s, operate as an alternative to medical devices against unwellness, inasmuch as techniques for the repression of subjectivity, desires, and pleasures that do not adhere to what is considered normal. The known conditions of anxiety, stress, depression, panic, or attention deficit disorder, as well as the emergence of new illnesses such as fibromyalgia, or other forms of chronic exhaustion, are related, without a doubt, to phenomena such as the precariousness or absence of salaried work, in both psychological and physical aspects. As such, the success of drug treatments is measured by its coercive efficacy and by the empiric skill with which they transform the smallest somatization into a stable diagnosis table.
The growing critical attitude and a new way of understanding clinical practice make up two complementary forces that allow us to envision a therapeutic outlook from which to work on fears and challenges that stem from the need to live together, and that does not end at the medical model, nor at rehabilitating behavior, nor at integrating those who are different into the mode of existence that neo-liberalism considers desirable. It is not about breaking down personal suffering into mere biology, as part of neuroscience does, but rather about investigating political and social conditions that make torture, seclusion, and emotional isolation possible, more secret and commonplace everyday, almost trivial, and justified by medical reasons. In that sense, A possible strength: towards a “poietics” of living together seeks to free unwellness from being appropriated by medical science, and at the same time releasing the power of language and knowledge of the living body. In other words, it is so unwellness to not be the heartbreaking individual experience of the alienated, eccentric, and marginalized. Beginning with activities of varied formats (round table discussions, conferences, screenings, performances, and reading sessions), the program also wants the truth from every damaged body, its suffering, and the vulnerability it causes, to become visible to the public eye, as a personal and collective euphoria, to affect the largest number of people possible, until it becomes an experience that imagines new ways of living and negotiating, where every emotional crisis or catastrophe is always met with the creation of a new possible world, as suggested by Peter Pál Pelbart, with conditions conducive to subjective change.
This program is complemented by the A Possible Strength Reading group, that during June and July will work with texts related to the group’s principal theses
Una fuerza posible: hacia una poiética del vivir-juntas
Mesa redonda, performance, conferencia y ciclo de proyecciones
Este programa de actividades surge de la necesidad de poner en común el malestar que atravesamos al haberse transformado la sociedad del bienestar en una forma de gobernanza que provoca la proliferación de nuevos trastornos, patologías y medicaciones. En Una fuerza posible: hacia una poiética del vivir-juntas, artistas, teóricos y activistas comparten las experiencias de una serie de redes de cuidados, formas de organización no-institucionales y comunitarias, saberes situados y modos de vida que, tras los movimientos anti-psiquiátricos de los setenta, funcionan como una alternativa a los dispositivos de medicalización del malestar, en tanto que técnicas para la represión de subjetividades, deseos y placeres que no se pliegan a la normalidad. Los extendidos estados de ansiedad, estrés, depresión, pánico o déficit de atención, junto con la aparición de nuevas dolencias como la fibromialgia u otras formas de agotamiento crónico, que combinan lo psíquico y lo físico, se relacionan sin duda con fenómenos como la precariedad o la desaparición del trabajo asalariado. Así, el éxito de los tratamientos fármaco-químicos se mide por su eficacia coercitiva y por la destreza empírica con que transforman la más pequeña somatización en un cuadro de diagnóstico estable.
La creciente actitud crítica y una nueva forma de entender la práctica clínica constituyen, en algún sentido, dos fuerzas complementarias que nos permiten imaginar un horizonte terapéutico para trabajar con los miedos y desafíos que se desprenden de la necesidad de vivir juntas, que no se agotan en el paradigma médico, ni con la rehabilitación de conductas o la integración de aquellos que son diferentes en un modo de existencia deseable para el neoliberalismo. No se trata de disolver el sufrimiento personal en la biología, como hace parte de la neurociencia, sino de investigar las condiciones políticas y sociales que posibilitan que la tortura, el encierro o el aislamiento emocional, más cotidiano y secreto, casi trivial, sigan justificándose con motivos médicos. En ese sentido, Una fuerza posible: hacia una poiética del vivir-juntas busca liberar a la locura de su apropiación por parte de la ciencia médica, desatando a su vez la potencia del lenguaje y los saberes del cuerpo viviente. Es decir, que el malestar deje de ser la desoladora experiencia individual de seres alienados, excéntricos y marginados.
A partir de actividades con formatos diversos (mesas redondas, conferencias, proyecciones, performances y sesiones de lectura), el programa busca también que la verdad de cada cuerpo dañado, con su sufrimiento y vulnerabilidad, pase al espacio público como una exuberancia personal y colectiva de la que podamos aprender; que esas experiencias afecten al mayor número de personas para imaginar nuevas formas de vida y nuevos agenciamientos, en los que toda crisis o catástrofe anímica coincida con la apertura a otro mundo posible, o como sugiere Peter Pál Pelbart, con las condiciones de posibilidad para una mutación subjetiva.
Como actividad complementaria se ha constituido un grupo de lectura Una fuerza posible, de asistencia gratuita previa inscripción, que durante los meses de junio y julio trabajará sobre textos relacionados con sus principales tesis.